El roce y la presión del zapato contra los dedos en garra es incómodo y lo debemos evitar. Si podemos estirar los dedos lo hacemos con plantillas individuales. Si ya no es posible enderezar los dedos se requiere espacio en el calzado para evitar presión e incomodidad. Para estas personas hacemos calzado personalizado, (semi-) ortopédico. La horma proporciona el espacio, y obviamente cuidamos que no haya costuras que irritan sobre los dedos vulnerables.